"Art is the only serious thing in the world. And the artist is the only person who is never serious" Oscar Wilde.



"Haz lo necesario, después todo lo posible, y así conseguirás hasta lo imposible" San Francisco de Asís


domingo, 26 de noviembre de 2023

EL FANTASMA DE LA ÓPERA REGRESA A ESPAÑA

Veinte años llevábamos pidiendo su regreso, y, finalmente, El Fantasma de la Ópera volvió a Madrid. El mejor musical de todos los tiempos, clásico entre los clásicos, se estrenaba en octubre en el Teatro Albéniz de la capital, y como podréis comprender, quien esto escribe no podía faltar a la cita con su "Ángel de la Música". 


Lo primero que hemos de tener en cuenta es que estamos ante una producción nueva, ideada para adaptarse a escenarios más pequeños y con ello evitar las limitaciones geográficas, es decir, poder "salir de gira". El proyecto comenzó en Italia, donde este verano tuvo lugar la primera representación de este nuevo Fantasma, con Ramin Karimloo a la cabeza (sólo con él ya podían cantar la guía de teléfonos que el éxito estaba asegurado). Con Federico Bellone como director y responsable del diseño escenográfico, y Antonio Banderas como productor y reclamo publicitario, esta nueva producción aterrizó en el Broadway madrileño.

Ser amante del Fantasma es como, por ejemplo, ser un friki de Star Wars: no importa en qué momento de tu vida escuchaste los primeros compases de esos violines, sabes que sucumbiste a ellos y no hay escapatoria posible. Vas a venerar al hombre tras la máscara, le vas a seguir por escenarios de medio mundo, vas a comprar los discos en todos los idiomas del orbe, vas a repetir una y otra vez comparando casting; lo tuyo es aquello de "anywhere you go let me go too"... en este caso en mi ciudad, y en la que para mí era la decimoséptima función en directo, aunque la primera de este nuevo montaje.



Lo primero que hay que decir es que el teatro ha sido remodelado y reabierto después de cierres y problemas económicos, conjugando con bastante armonía lo clásico y lo funcional. Las butacas son las que podemos encontrar en cualquier auditorio de periferia y el escenario es de dimensiones muy reducidas; sin embargo, cuenta con foso para la orquesta, lo que permite disfrutar de la maravillosa partitura de Sir Andrew Lloyd Webber en rigurosísimo directo (en mi caso estaba en la fila 3, así que la experiencia no pudo ser más vívida). En cuanto al público, jueves, encendido de luces de Navidad y colapso de calles adyacentes mediante, no cabía un alfiler (magnífica noticia para la continuidad de la obra).

Según su director, Federico Bellone, estamos ante un Fantasma "adaptado a los tiempos". Realmente no sé muy bien qué significa esta máxima, ya que partimos de una historia (la de Gaston Leroux) que lleva cautivando al público generación tras generación desde hace un siglo, precisamente por contar con los elementos más atemporales de cuantos en el mundo han sido: amor, odio, pasión, muerte, celos... Si además la aderezamos con la partitura más absolutamente perfecta que haya salido del corazón de ese genio llamado Webber y con una escenografía de un maravilloso goticismo decimonónico, cualquier cambio se presume innecesario. Aún así, acudí con la mente abierta, dispuesta a dejarme sorprender.




La obra arranca con la subasta y todos los personajes dando la espalda al público, lo que ya no resulta muy delicado. Se elimina el juego de pistolas, y la cosa digamos que no va muy fluida. Llega el momento en que "we may frighten away the ghost of so many years ago with a little illumination"  y no, esta vez a diferencia de las 16 previas, el escalofrío por la espalda no aparece. 

Y nos volvemos a encontrar con los actores dándonos la espalda, hasta que entra en juego uno de los grandes hits del montaje, el escenario giratorio, que se pasa la tarde dando vueltas, en ocasiones acertadamente y en otras molestando bastante, todo sea dicho. Hasta que suena "Think of me", la cosa está floja, floja, floja. Muy pocas bailarinas, el elefante y la lujosa escenografía de Hannibal brillan por su ausencia, al igual que la bis cómica de Piangi (pese a los esfuerzos de su intérprete: Francisco Ortiz). Ahora bien, además de Carlotta, magníficamente interpretada por Marta Pineda, con una poderosa voz y ese histrionismo tan característico del personaje, estamos ya en esta escena ante dos de los grandes de la producción (mis dos personajes más queridos después del Fantasma), los flamantes y no muy convencidos nuevos administradores de la "Opera Populaire": Monsieur Firmin y Monsieur André, interpretados respectivamente por Omar Galicchio y Enrique R. Del Portal.

Respecto a Monsieur Firmin, eché bastante en falta a mi querido David Venancio Muro (fueron 14 veces de máximo disfrute en el Lope) pero debo decir que Omar Galicchio, actor argentino al que desconocía, lleva a cabo una excelente y divertida interpretación, sacando a la luz ese lado inocente y bonachón del personaje que tanto me gusta. Y qué decir de Enrique del Portal, que fue mi Monsieur André en todas y cada una de las representaciones del Lope (sólo él y Silvia Luchetti repiten veinte años después, y él además en el mismo papel) y que para mí ya es casi indistinguible de su personaje, tan perfecta es su interpretación. En "Notas" y "Primma Donna", pese a compartir escenario con cinco personajes más, llenan la escena por si solos y se convierten en el centro de atención; Enrique dando paso al ballet, como hace veinte años, o ambos en esa deliciosa sorpresa que nos tienen reservada durante el "Carnaval", consiguen que los puristas no nos enfademos mucho por los paupérrimos y desafortunados cambios de vestuario, la ausencia de bailarinas o los maniquís con los que las intentan suplir.

Fotografía tomada del libreto original


Como decía, una vez que empiezan los primeros compases de "Piensa en mí" la cosa empieza a tomar otro color, gracias, fundamentalmente, a la labor de los actores. Además de los ya citados, entran en juego "Meg Giry", interpretada por una jovencísima actriz, Laura Martín, muy vivaracha y de preciosa sonrisa, que defiende su papel a la perfección, y su madre "Madame Giry", conocedora de los secretos del Fantasma, guardiana de las esencias del teatro y que oh sorpresa, en esta producción no tiene acento francés! (siempre me he preguntado por qué era la única en tenerlo si todos estaban en Francia). A "Madame Giry" le da vida la actriz argentina Silvia Luchetti, a quien en la producción del Lope de Vega tuve la suerte de ver en una ocasión interpretando a Christine, además de haberla  disfrutado como María en "Sonrisas y Lágrimas" y como una pícara Plumette en "La Bella y la Bestia". Actriz muy versátil, con muy buena voz, ha sabido impregnar de carácter a un personaje que parece secundario pero que no es nada fácil.

A partir de aquí entran en escena los pesos pesados de la obra. La primera, como no, Christine Daaé, la joven bailarina aspirante a soprano, que recibe clases de un misterioso maestro que ella cree un "Ángel de la Música" enviado por su padre muerto. En la función que yo disfruté no la interpretaba la titular, sino la joven actriz madrileña Laura Enrech, dotada de una preciosa voz (las canciones de Christine son de una dificultad extrema) y mucha entrega, pero sin embargo de escasa presencia escénica que no se veía en nada ayudada por el horrorosísimo vestuario, pobre de solemnidad y más propio de una función de aficionados que de una producción cuyas entradas cuestan 100€. Al menos, eso sí, no han sucumbido a lo políticamente correcto como en la producción londinense y no han elegido una Christine, que era hija de un violinista sueco, de raza negra. Impresionante su "Whising You Were Somehow Here Again".

Su pretendiente, Raoul, Vizconde de Chagny, está interpretado por otro argentino, Guido Balzaretti, al que ya  tuve la suerte de disfrutar como Marius en aquel montaje madrileño de "Los Miserables" de infausto recuerdo. Sin ser poseedor de un chorro de voz, nos ofrece una interpretación sentida, dulce cuando toca, enérgica cuando corresponde, y tiene bastante buena química con Christine; ahora bien, en los enfrentamientos con el Fantasma (el cementerio o "The Final Lair") no hay nada que hacer: nuestro "amigo fiel y Ángel" le borra del mapa.

Y llegamos al Fantasma, interpretado por otro argentino, el grandísimo Gerónimo Rauch. Debo decir que me aseguré bien de que fuese él quién vestía la máscara, porque desde que le vi, recién llegado él a España, protagonizando "Jesucristo Superstar", supe que estaba llamado a hacer grandes cosas. Dotado de una voz prodigiosa que ha trabajado con tesón, ya interpretó al Fantasma y a Jan Val Jean en el mismísimo West End londinense con gran éxito de crítica y público. ¿Qué decir de su interpretación? Pues simplemente que Gero se deja la piel en cada función, tanto que cuando sale a saludar viene absolutamente agotado. Toda la fuerza, la pasión, todo el dolor de ese alma atormentada, quedan patentes en cada nota que sale de su prodigiosa garganta, en cada movimiento de manos, en cada lágrima. En mi parte favorita "You will curse the day you did not do all that the Phantom asked of you!" solía decir hace veinte años que Luis Amando hacía temblar los cimientos del Lope cuando la cantaba; los del Albéniz igual son más modernos, pero también se estremecen, seguro, ante la voz de Gero. 

                             Fotografía tomada del libreto original                      

Y si hemos dicho que la cosa empieza a ver la luz después del "Think of me" gracias a la maravillosa partitura (me dijo una vez Juan Carlos Barona, quien interpretase al Fantasma en el Lope, que era tan magnífica que la cantase quien la cantase siempre gustaba) y a la labor de los actores, justo es destacar los muchos puntos débiles que tiene el montaje en sí.  El primero y más flagrante: la malsana obsesión que tienen los responsables de adaptar texto y letras (a quienes Dios confunda) de modificar cada traducción de una versión a otra. Si la del Lope era excelente, la de la película de 2004 era bastante horrorosa (al día siguiente de verla en español me fui a verla en original y parecía una película completamente distinta) y esta es infinitamente peor (a qué pérfida mente se le ocurre sustituir "has agotado mi paciencia, decídete!" por "me estoy hartando, elige ya!"). Por favor, señores letristas, nos las sabemos como el Padre Nuestro, déjenlas en inglés, que están dotadas de una lírica y una musicalidad insuperables.

El segundo: el vestuario. Ya lo he citado un par de veces, pero parece que lo de "adaptarlo a los tiempos" era rebajar calidad, gusto y elegancia, de los que se carece hoy en general, ciertamente. Los pololos de las bailarinas, para quemar; la "Muerte Roja" ni muerte ni roja, los maniquíes del Carnaval de cualquier saldo veneciano para turistas. Se echa de menos la bata persa del Fantasma, la gomita de la máscara parecía la de tu sobrino para la fiesta de Halloween... pero lo verdaderamente impresentable, lo que nunca te perdonaré, Chiara Donato, es lo que has hecho con "Point of no Return". Esa escena, todo esplendor goyesco y donjuanesco, con esos volantes y esos madroños que rebosan sensualidad por los poros, sustituidos por un vestidillo de saldo con una flor a punto de caerse del pelo de Christine a cada movimiento. Y qué decir de esa capa de seda negra que cubre al Fantasma como un Don Juan embozado, bajo la que se adivinan pecados inconfesables y apetecibles, sustituida por un sayón castellano manchego de color mostaza y un sombrero más descolorido que el del payaso de Micolor... Por el amor de Dios, qué necesidad había de eso!!!!!

El tercero: la escenografía. Los emblemáticos decorados se pierden y se sustituyen por algo que recuerda al cementerio de los libros olvidados de Zafon, unas vistas parisinas de postal turística y un mausoleo sin pena ni gloria. Ni rastro de la tumba del violinista Daaé, ni del ángel en el que se esconde el Fantasma, ni de las escaleras por las que desciende la Muerte Roja, ni de los candelabros en la mítica escena del lago. La escena del espejo no emociona, porque se ve ladeada, y pese a los muchos giros de escenario con los que ha intentado paliar lo escaso de sus dimensiones, el montaje no deja de parecer de función escolar, no acercándose ni de lejos a la grandiosidad a la que estamos acostumbrados. El órgano merece una mención especial, porque parece el trabajo que haría tu sobrino de 12 años para la clase de manualidades (una tomadura de pelo en una obra con entradas a 100€) y las sábanas de la escena final (cambiada del montaje original para mucho peor) necesitan pasar 24 horas en Oxi Action White Plus. 

Con algunos efectos especiales, y la ausencia de muchos otros, el montaje está bastante más cerca de la película de 2004 que del original londinense, inmutable desde 1986.

En definitiva, si eres un Phantom addicted, vas a ir a verla sí o sí, la vas a disfrutar porque sabes que no puedes escapar de la "Música en la noche", pero muy probablemente no vas a repetir. 

Y esto es todo lo que hoy quería compartir con vosotros. Muchas gracias si habéis sido capaces de llegar hasta aquí, así como por las visitas y comentarios.

Un Abrazo y Sed Felices.

martes, 31 de octubre de 2023

"THE BOOK OF MORMON", EL MUSICAL

Llevaba una temporada bastante desangelado el Broadway madrileño, hasta que por obra y gracia de SOM Produce, Stage Entertainment y Antonio Banderas, nos encontramos ante un otoño caliente, repleto de oferta teatral y lo que es mas importante, de oferta de calidad. No es fácil volver a recuperar las ganas, el entusiasmo y el lleno de público después de la pandemia y de las importantes pérdidas económicas que conllevó, pero con un trabajo constante y arriesgado, con apuestas de calidad, Madrid vuelve a ser  capital mundial de referencia del teatro musical.

En un Teatro Calderón que ha quedado espectacular tras la reforma, nos espera el musical más gamberro, irreverente e imprescindible de cuantos tenemos en cartelera: "THE BOOK OF MORMON". "La risa llama a tu puerta". ¿Te atreves a abrirles la puerta a estos chicos? Te aseguro que lo vas a disfrutar!!


"The Book of Mormon" es el fenómeno musical de la década, al que avalan nada menos que 9 premios Tony, 4 premios Olivier (incluido mejor musical) y más de nueve millones de espectadores. Con su estreno en Madrid, se convierte en el único musical contemporáneo que se representa simultáneamente en las tres principales capitales del mundo en lo que a musicales se refiere (hay que tener en cuenta que "El Fantasma" echó el telón en Broadway en primavera, desgraciadamente). 

Si se juntan Trey Parker y Matt Stone, creadores de South Park, y Robert López, compositor de éxitos como "Frozen" o esa maravilla llamada "Coco", tiene que salir algo absolutamente "espectacular, espectacular" que decían en Moulin Rouge. Estamos ante un musical netamente estadounidense, joven, gamberro, rebosante de vida y energía, con una inmensa frescura, que nos hace reír de principio a fin a costa de no dejar de reírse de sí mismo. 



Lo primero que me llamó la atención muy favorablemente fue que el teatro estaba lleno a rebosar. Y allí, entre los terciopelos rojos, un grupo de jóvenes "misioneros" de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con la sonrisa de oreja a oreja, nos da la bienvenida y nos dice que tiene algo para nosotros: un libro que nos va a cambiar la vida. Desde ese primer "¿Qué tal"? (el famosísimo "Hello" con el que se atrevió hasta Neil Patrick Harris) esa sonrisa aparece en tu rostro y no la abandonas hasta que te levantas de la butaca ( y yo diría que ni siquiera en ese momento 😁). No quiero hacer mucho spoiler, pero este grupo de misioneros está a punto de ser  distribuido en parejas (os suena, no?) y de recibir su destino de evangelización. Y así, vamos a acompañar a la pareja protagonista en un hilarante, enternecedor, trepidante y absolutamente disparatado viaje, nada más y nada menos que a Uganda. 

Con un sin fin de guiños a otros musicales ("El Rey León", "Frozen", "Aladdin") y a toda una iconografía de culto del siglo pasado (desde "Star Wars" a dos desternillantes hobbits), a través de  vibrantes coreografías que se suceden sin descanso, y unas canciones repletas de dobles sentidos, juegos de palabras, ironía y un humor muy inteligente ( no olvidemos que son los creadores de South Park...), la obra nos pone delante las diferencias entre el primer y el segundo mundo, entre quienes afrontan todos los días problemas reales y los que vienen con soluciones cuando menos "carentes de puto sentido", y sobre todo nos enseña que, pase lo que pase, juntos somos más fuertes, que soñar, imaginar y tener fe no es estar loco... o quizá sí es una maravillosa locura que nos otorga el poder de cambiar las cosas. Que a la vida, como a este musical, hay que enfrentarse totalmente virgen, sin prejuicios, porque siempre hay una lección que aprender.

Y todo ello, como digo, con un lenguaje absolutamente irreverente (la función no es apta para público infantil) pero que sin embargo, por puro inteligente, no resulta ofensivo ni soez, como podía ocurrir en "Priscilla" o incluso en la adaptación de infausto recuerdo de "Los Miserables" de 2010. Sin dejar títere con cabeza (religión, homosexualidad, corrupción...) nos hace pensar sin dejar de reír. Y eso, amigos, hay que ser muy bueno para saber hacerlo.

El elenco es jovencísimo, pero absolutamente espectacular. Los dos protagonistas no pueden ser más dispares pero más complementarios; de un lado Elder Price, el primero de su promoción, serio pero de sonrisa encantadora, con su uniforme impoluto, bien peinado, el yerno que toda madre desearía tener. De otro, Elder Cunningham, el "rarito" de la clase, falto de autoestima, sin amigos (aunque desea encontrarlos desesperadamente), con gafas, pantalones más cortos de lo debido... y una desbordante imaginación. Y por eso de que los polos opuestos se atraen, y porque la amistad de verdad todo lo puede, estos dos jovenzuelos nos van a demostrar, a lo largo de mil y una peripecias, que todo sale mejor si lo hacemos "De dos en dos", que las estrellas brillan más si "Estoy aquí contigo" y que por mal que nos puedan salir las cosas, "Lo que importa es el mañana".

Como decía, el elenco destaca por una enorme profesionalidad pese a su insultante juventud. En la función que yo disfruté, el papel de Elder Price estaba interpretado por Alex Chávarri (suplente del titular Jan Buxaderas), excelente cantante y bailarín (ha intervenido en musicales como La Bella y La Bestia, Cabaret, El Jovencito Frankenstein...) pero sobre todo, para mi gusto, excelente actor. Si bien todos los personajes del musical experimentan una transformación en su vida, es quizá en él en quién esta se hace más patente, y eso lo trasmite al público (por debajo o al lado de las risas) con asombrosa y natural claridad. Además el chico tiene una de las sonrisas más limpias que he visto en un escenario 😊

En cuanto a Elder Cunningham, este sí estaba interpretado por el actor titular, el descubrimiento de la temporada, Alejandro Mesa. Con un aire entre Rick Moranis y Steve Martin en "Little Shop of Horrors", con ese aspecto de inocente que quiere ser malote y esa ternura que te invitan a darle un achuchón y colocarle el tupé eternamente despeinado, este muchacho es un absoluto animal de la escena. Con una naturalidad pasmosa es capaz de hacer increíblemente sencillo lo más difícil; actúa, canta... y cómo baila, señores, cómo baila!! 

Fotografía tomada del libreto original

Además de la pareja protagonista hay dos personajes a los que quiero dedicar una mención especial: por un lado Nil Carbonell, por su extraordinaria interpretación de Elder McKinley, responsable de la misión mormona en Uganda, que en continua (o no tanto) lucha por mantener a raya sus pensamientos homosexuales, contrarios a los mandatos de la iglesia, nos proporciona uno de mis números favoritos: "Apágalo" (Turn It Off), con un maravilloso guiño a los musicales de los cincuenta, con claqué, lentejuelas y muuucha pluma 😉

Fotografía tomada del libreto original

Y por otro lado a Alvaro Siankope, por su gran interpretación del médico de la aldea, que no es capaz de curarse de un problema muy particular (y hasta ahí puedo leer); me dio la sensación de que lo disfrutan tanto, se lo pasan tan bien, que hacen extraordinariamente fácil lo difícil. Junto a él, por la parte ugandesa, el General "Puto Culo Desnudo" (Butt Fucking Naked) interpretado por Leo Parlay no deja a nadie indiferente (de hecho se llevó una ovación muy merecida), Jimmy Roca como Mafala, y Aisha Fay, una mujer con un cuerpo pequeño y delicado en el que se encierra un prodigioso chorro de voz y con unas dotes cómicas espectaculares, dando vida a esa "Nabulungi" (cuyo nombre es incapaz Arnold de recordar, provocando carcajada tras carcajada en el público) que sueña con llegar a ese paraíso llamado "Sal Tlay Ka Siti". 

En definitiva, no recuerdo qué director dijo que si el espectador abandonaba el teatro más feliz de lo que era al entrar, ellos ya habrían cumplido su objetivo; pues bien, en este caso podéis estar seguros de que lo han conseguido con creces. "The Book of Mormon" es la más irreverente inyección de alegría en vena que he disfrutado en muchísimo tiempo, muy de agradecer en los tiempos que corren, y que os recomiendo sin el menor titubeo. 


Y sin más, esto es lo que quería compartir hoy con vosotros. Muchas gracias por las visitas y por dedicar un poquito de vuestro tiempo a dejar algún comentario, que como siempre digo, son el motor de este blog. Feliz Halloween y Dia de Todos los Santos.

Un Abrazo y Sed Felices!

sábado, 23 de septiembre de 2023

"Qué Bello es Vivir!" y las mayores filfas jamás contadas

¿Quién no conoce la obra maestra de Frank Capra, "Qué bello es vivir!" ? Cuando era pequeña me encantaba verla una y otra vez, con aquellas estrellitas que hablaban en el Cielo y decidían el destino de las buenas personas. Aún no hace mucho la disfrutaba cada Navidad, devolviendo a ese feliz y emocionado George su "Merry Christmas" como uno más de los habitantes de Bedford Falls. Luego, la vida me enseñó la gran mentira que encierra esta película.


En la obra de Capra vemos a un hombre con sueños e ilusiones que trabaja duro para alcanzarlos. Él quiere viajar, ver el mundo, ha comprado ya la maleta... pero tiene la desgracia de ser un hombre responsable, de anteponer la obligación a la devoción, de poner siempre las necesidades de los demás por delante de las suyas, en definitiva, de hacer lo correcto. Y qué consigue con eso? Que sean otros (su hermano) los que consigan realizar sus sueños, mientras él se ve siempre enredado en lo correcto, obligado a quedarse una y otra vez por su propio sentido del deber y la responsabilidad. Y cuando el pobre hombre se da cuenta de que no ha conseguido en su vida nada de lo que se propuso, un "ángel en pruebas" aparece para demostrarle lo triste que sería (había sido) el mundo sin él. Desgracia tras desgracia se habían abatido sobre sus convecinos, su familia, sus amigos...simplemente porque él, George Bailey, no había existido. Y para acabar de convencerle, cuando desaparecen esas visiones, el bueno de George se ve recompensado con una enorme muestra de cariño y amistad de parte de todos ellos, que le ayuda a salir del atolladero en el que estaba metido.

La película se nos vendió como la historia de un "héroe sin capa", un tipo que sacrifica sus sueños por el bien de los demás y es premiado desde lo alto y desde lo bajo. Moraleja: tu vida es única y preciosa, aunque no lo creas eres importante para los demás, el mundo sería más triste sin ti, y sobre todo, si haces siempre lo que se espera de ti, recibirás tu recompensa. Aterriza, amigo. Todo eso es falso. El mundo no será ni mejor ni peor sin ti, tú no eres nadie y no le importas a nadie, en todo caso, resultas necesario cuando eres útil, y absolutamente prescindible en el momento en que no van a obtener nada de ti. 

Es curioso que a veces he estado con personas con las que me he sentido muy a gusto, y he pensado: "esto es una amistad a lo George Bailey". Jajajajaja, little fool, al cabo de unas semanas, unos meses, otro "buen amigo" me dice las lindezas que las primeras van diciendo por ahí sobre mí. O bien, en el mejor de los casos, cuando ya no pueden sacar de mí lo que necesitaban (ayuda laboral, alimento del ego, etc, etc) directamente me han dejado de hablar y si te he visto no me acuerdo. 

¿Que el mundo sería más triste sin ti? Olvídalo, como decía Eliza Doolittle: "There'll be spring every year without you. England still will be here without you, There'll be fruit on the tree, And a shore by the sea, There'll be crumpets and tea without you". 



Obviamente, aguantar toda tu vida cumpliendo lo que se espera de ti, sabiendo que a nadie le importas un carajo, muy gratificante y motivador no es, por tanto, si lo que interesa es que lo sigas haciendo, tienen que hacerte creer que merece la pena, que si eres bueno y te sacrificas, vas a obtener tu recompensa, el amor y el cariño de los demás, ayuda y salvación cuando seas tú el necesitado. No sé, Rick. Parece falso... y lo es, más que un euro de madera. Si eres de esos que tienen conciencia, de los que hacen las cosas simplemente porque sabes que es lo que se tiene que hacer, seguirás haciéndolo hasta que te mueras, cosa que por cierto harás solo y sin que a nadie le importe. Sic transit, amigo.

Vamos a otro clásico navideño por excelencia, "Christmas Carol". Os habéis preguntado alguna vez cuándo la gente empieza a ser amable con Scrooge? Cuándo le sonríen, cuando bailan y cantan a su alrededor? Exactamente, cuando empieza a aflojar el bolsillo: un pavo, días libres, un abrigo, una bufanda... Si el viejo no hubiera soltado un penique, habría muerto solo y congelado en su casa y los vecinos habrían bailado en su ataúd. Y es que "tanto tienes, tanto vales".


Otra de las mayores filfas jamás contadas es eso de "algún día llegará alguien que vea la maravillosa persona en la que te has convertido y te amará más que a nadie en el mundo". Pues no, chatines, no llegará. A la gente le importa una higa la belleza interior, el amor verdadero y los finales felices. La gente va a satisfacer sus deseos y necesidades (del más variopinto cariz), para lo que, obviamente, no malgasta un segundo en buscar la belleza interior. Si eres feo, lo sentimos, no se aceptan devoluciones. Te morirás solo y con más motivo todavía si además eres uno de esos obsesionados con el deber.



La serie "LOST", la mejor de la historia, analiza como ninguna otra las distintas sensibilidades del ser humano. Perdidos, el título, no es cuestión baladí: todos y cada uno lo está, y no precisamente en la isla. Todos y cada uno tienen sus debilidades, sus flaquezas y sus demonios, todos necesitan desesperadamente redimirse, y es esa redención la que buscan allí. Pero quizás el más claro ejemplo de lo que quiero decir es John Locke. Un hijo no deseado de madre soltera, mediocrillo del montón, desesperado por el cariño y la aceptación de su padre, descubre un día que éste se le acerca y le manipula para conseguir que le done un riñón porque se está muriendo; cuando lo consigue, no sólo no le devuelve amor a su hijo, sino que le tira por una ventana y le deja paralítico. Hete aquí que la isla devuelve a Locke la movilidad de las piernas y una enorme confianza en sí mismo. John es capaz de afrontar todas las pruebas y peligros que allí encuentran con enorme determinación aunque desafíen a toda lógica y razón. Por qué? Pues él lo dice muy claramente: "Me niego a creer que todo lo que he sufrido en mi vida, todos los desprecios, todo el desamor, hayan sido para nada. Todo ello era necesario para llegar aquí, era necesario para cumplir mi misión"



Pero qué misión, Locke, hombre. Tú no has sido ni más ni menos desgraciado que nadie, tú eres utilizable, prescindible y desechable como cada hijo de vecino. Tus sufrimientos no te convierten en héroe, te convierten en un ser humano que ha venido aquí a padecer, o ¿de dónde crees que viene lo de "valle de lágrimas"? Que todos queremos pensar que nuestra miserable existencia tiene un propósito, para poder hacerla más llevadera? Probablemente sea la mayor ilusión aka mecanismo de adaptación con el que nos ha dotado nuestra bioquímica corporal. 

Como dijo ese gran filósofo llamado Fermín Romero de Torres: "Cuando uno es joven ve el mundo como debería ser, y cuando es viejo lo ve como es en realidad" (la obra, por cierto, es "El Laberinto de los Espíritus).

No sé si a estas alturas de la película queda alguien por ahí que se de una vueltecilla por este cuaderno de bitácora. Si es así, muchas gracias a todos, espero no haberos aburrido mucho.

Un Abrazo y Sed Felices.


lunes, 2 de enero de 2023

Decorations in Red on a Green Christmas Tree

Hola a todos y Muy Feliz Año Nuevo 2023!! Espero y deseo que estéis disfrutando de unas magníficas fiestas navideñas en compañía de vuestros seres queridos y sobre todo, atesorando momentos especiales, de esos que nos acompañarán durante todo el año y pondrán calor en el corazón y una sonrisa en los labios. Y por supuesto quiero desearos de todo corazón un 2023 lleno de salud (porque con ella se puede hacer frente a lo que venga), lleno de proyectos y éxitos, de risas, de ilusiones, de paz y armonía, de libertad...en fin, de todo lo mejor. No dejéis de correr detrás de vuestros sueños, porque total, si no los alcanzamos, al menos habremos adelgazado 😁

No quería dejar pasar la Navidad sin compartir con vosotros mi decoración de este año. Ya sabéis que en general soy bastante comedida en cuanto a decoración se refiere, excepto...en Navidad. Dice un amigo que "estoy aprobada por la asociación americana de decoradores navideños", jajajaja y es que me encanta y lo disfruto como la niña que fui. En Navidad todo exceso está permitido, de modo que...vamos allá!!

Este año para decorar la fachada he tomado como colores básicos el rojo y el verde combinados por supuesto en coronas y guirnaldas, un par de arbolitos, unos farolitos y como siempre,  Papa Noel y su trineo.


Para acompañar al elemento principal, aquel que nos recuerda el verdadero motivo de la Navidad, el nacimiento de Cristo, he realizado dos coronas muy sencillas: tan solo combinando unas bolas de navidad con unas hojas de acebo y todo ello rematado con un gran lazo rojo. Lo cierto es que el resultado no me puede gustar más.


En cuanto a la corona de la puerta de entrada, ya os hablé de los pasos que seguí para realizarla en este otro post 


En la ventana y la columna he colocado sendas guirnaldas con sus luces correspondientes, y adornadas con poinsettias y lazos. Junto a Papa Noel, que llega en su trineo tirado por brillantes renos, he colocado una enorme poinsettia (artificial) y un pequeño acebo (natural) dentro del saquito del que ya os hablé aquí (como veis no me gusta repetir mucho la decoración de un año a otro, pero sí reutilizar los adornos):


Tengo en el porche varias macetas que en esta época suelen estar llenas de crisantemos, así que, para crear un camino luminoso desde la entrada hasta la casa, decidí decorarlas un poco y rodearlas con guirnaldas de luz. Con elementos naturales (ramas de pino, abeto, bolitas de acebo) y unos grandes lazos, hice unos adornos muy sencillos:


Y los fui colocando en cada maceta, junto con un espumillón verde para tapar la tierra, unas piñas de mi abeto que previamente decoré con algo de pintura blanca, y dos bastones de caramelo. El resultado no puede ser más sencillo y encantador:



Utilizando los mismos lazos y elementos naturales, junto con algunos elementos decorativos de los que van quedando por casa (bolas, piñas...) y la pistola de silicona caliente, decoré un par de farolitos que tengo en la escalera:


Del mismo modo, con una cinta navidena realicé un gran lazo sobre el que aproveché para pegar con silicona un par de adornos (cualquier cosa que tengamos por casa viene bien), y conseguí un precioso toque navideño para el farol del techo 😊



Tengo también en el jardín una casita para pájaros, así que, cómo no aprovechar para decorar esta preciosidad! Con cositas sueltas hice un adorno que coloqué en la parte del tejado con silicona, un pajarito en el centro, y con la misma cinta decorativa hice un gran lazo para el poste. He de decir que el resultado me encanta:



Y la colocamos en el jardín junto con lazos, luces y  poinsettias aquí y allá:




Hay un detalle de las casas americanas que me encanta y es la presencia de dos arbolitos de Navidad iluminados a ambos lados de la puerta o la escalera de entrada, así que este año no me resistí a ponerlos. Para ello compré dos arboles de 90 cm de altura, y los decoré con unas poinsettias (he de decir que únicamente las encontré en plata, por lo que las "teñí" de rojo con cola blanca y purpurina), unas perlas doradas y sendas guirnaldas de luz. 




Los planté en dos macetas (con tierra natural) y en cada una de ellas coloqué un gran lazo rojo.


Y finalmente, en las ventanas del piso superior he colocado unas cortinas de luz, sendas guirnaldas verdes con lazos rojos, sendas coronas, y un par de figuras decorativas. Aquí podéis apreciar el resultado final:


La verdad es que este año no ha sido nada fácil tenerlo todo listo porque no ha parado de llover, pero el esfuerzo ha merecido la pena pues el resultado final, una vez procedimos al encendido "oficial", resulta espectacular.



Decía Chesterton que "lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa en ella es maravillosa", por eso es básico que no perdamos esa capacidad de ilusionarnos con la magia de la Navidad. Todos buscamos incansables la felicidad y muy a menudo nos olvidamos de que la tenemos delante, en los detalles pequeños. Mi deseo para todos este año que comienza es que, como dice la canción, no nos olvidemos de vivir esos detalles pequeños.

Muchas gracias por haberme acompañado un año más, y espero que podamos seguir compartiendo proyectos, magia e ilusión durante muchos otros.

Un Fuerte Abrazo y Sed Felices.



domingo, 4 de diciembre de 2022

Corona de Adviento 2022

Sin darnos cuenta, un año más, ha llegado la mejor época del año, una época de alegría y esperanza, de ilusión y buena voluntad, en la que compartir el calor de nuestros corazones y combatir el frío del exterior. Una época en la que hasta la naturaleza parece anunciar la Buena Nueva vistiendo los más bellos colores. 

Pues bien, precisamente este año, en el que parece que de alguna manera, después de momentos tan difíciles, todos renacemos un poco, he querido utilizar todos los elementos que la naturaleza nos brinda para elaborar mi Corona de Adviento. El resultado no me puede gustar más.



La historia de la Corona de Adviento ya os la conté en este otro post , de modo que no me voy a repetir y os voy a mostrar cómo he ido realizando la Corona y cuáles son los elementos que he utilizado. Empecemos:

a) Lo primero que necesitamos son cuatro velas, que vamos a ir encendiendo cada uno de los cuatro domingos de Adviento. En mi caso, he partido de cuatro velas blancas del mismo tamaño, en las que, en primer lugar, he colocado una cinta de raso marrón y sobre ella una puntilla de encaje rústico para potenciar el efecto que estaba buscando.


Ahora tocaba ir añadiendo elementos naturales, y para ello nada mejor que darnos un paseo por el campo; vamos a encontrar un maravilloso surtido: pino, abeto, piñas, bellotas y acebo. Todo ello lo fui pegando con un poquito de silicona, y he aquí el resultado.







b) Ya tenemos nuestras velas y ahora necesitamos una base. Me encantan esas rodajas de tronco de árbol que están tan de moda, así que no tenía ninguna duda de que esa iba a ser mi elección.


c) Vamos a empezar a formar nuestra Corona. En mi caso, como os digo quería algo totalmente compuesto por elementos naturales, así que he utilizado ramas de pino y abeto, unas piñas, frutos de acebo y lavanda, que además de adornar, contribuye a que el aroma sea espectacular. Lo fui pegando todo con un poquito de silicona, y he aquí el resultado.


Y ya sólo nos queda colocar nuestras velas en el centro para irlas encendiendo cada domingo de Adviento hasta el día de Navidad, en el que encenderemos una vela roja de mayor tamaño, en señal del nacimiento de nuestro Salvador.




Bueno, pues esto es todo lo que quería compartir hoy con vosotros. Os doy las gracias como siempre las visitas y comentarios, y os deseo muy feliz Adviento, agradeciendo sobre todo que podemos reunirnos de nuevo aunque sea a través de esta ventana virtual y que estamos sanos y cuerdos (que en los tiempos que corren ya es mucho). Espero que estéis disfrutando mucho con todos los preparativos navideños, y estoy desando ver vuestros maravillosos trabajos y exquisita decoración.

Un Abrazo y Sed Felices!!


miércoles, 24 de agosto de 2022

Una Tabla de Lavar y Recuerdos a Enmarcar

 Hola a todos! Espero que estéis disfrutando del verano, surfeando como se puede las sucesivas olas de calor, y sobrellevando el bochorno generalizado en el que nos vemos envueltos (en todos los sentidos). 

Es cierto que con estas temperaturas escasean las ganas de trabajar, pero como las circunstancias mandan y he tenido que renovar la lavadora, he aprovechado para pintar la terraza/tendedero y meterle mano a una tabla de lavar que estaba en el trastero durmiendo el sueño de los justos, porque oye, me apetecía incorporar un toque "shabby" en un espacio habitualmente frío.  No puedo estar más contenta con el resultado!


Como os digo, he partido de una tabla de lavar, de aquellas de madera que usaban nuestras abuelas, y lo primero que hice fue lijarla muy bien.


A continuación recurrí, cómo no, a la siempre agradecida pintura de tiza. En este caso he utilizado para la parte central, donde tenía pensado pegar un papel de arroz con dibujos de "lavandería" que venían pintiparados, la "Chalky finish" blanco antiguo, y para el resto de la tabla, el verde laurel de la misma marca.

Lo primero que hice fue decorar la parte central con papel de arroz y cola de decoupage. Y a partir de ahí, pintar toda la tabla en verde laurel. Una vez seca, utilizando una plantilla de estarcido que coordinaba perfectamente con los lacitos del motivo principal del papel, decoré la parte inferior, en este caso con la pintura blanco antiguo. De esta forma se crea una continuidad estética que me gusta mucho.


Ahora tocaba decorar la parte superior, y de nuevo recurrí a una plantilla de estarcido (a dos en realidad 😊) a la pintura blanco antiguo y a la Chalky rosa antiguo: dibujamos un cartelito que nos recuerde que estamos haciendo la colada y unos topitos para reforzar el aire "doméstico" que estamos buscando. 

Una vez que toda la pintura está bien seca, aplicamos una capa generosa de barniz satinado en spray, y cuando éste haya secado, colocamos una puntilla en la madera superior con cinta adhesiva de doble cara. Ya tenemos una exquisita tablita de lavar al más puro estilo "shabby chic"



Bueno, pues ya solo nos queda colgarla en la terraza, y añadir un detalle cálido y personal a nuestro espacio. Espero que os guste tanto como a mí.


 
Y aprovechando que he tenido que ir varias veces a Leroy Merlín, he dado forma a una idea que no puede ser más sencilla, pero que me rondaba por la cabeza hacía ya tiempo. 


Seguro que muchas de vosotras ("boomers" como yo, teniendo claro que los estereotipos modernos me resbalan) tuvisteis en el colegio alguna asignatura en la que las labores eran el objeto principal. En mi caso, entre otras muchas cosas, me enseñaron los puntos básicos de costura: pespunte, sobrehilado, festón, vainica, zig-zag... todo ello en unos pequeños pañitos de "muestra". 

Pues resulta que los tenía guardados como oro en paño pero me apetecía darles el protagonismo que se merecen, así que aprovechando una visita al LM, me traje un marco blanco doble, los planché y los coloqué en él. Me encanta el resultado; el marco es muy sencillo, pero la combinación no puede ser más elegante. No lucen mal para tener unos cuarenta años 😉


En este caso, los he colgado en la buhardilla, junto a muchos de los recuerdos que conservo de aquellos  tiempos tan sencillos y entrañables. Seguro que muchas también tuvisteis una casita de miniaturas, ¿a qué sí? Por si os apetece ver el proceso de restauración de la mía, os dejo el enlace AQUÍ


Bueno, pues esto es todo lo que quería compartir hoy con vosotros. Espero que os haya entretenido, y en el mejor de los casos, que os haya traído buenos recuerdos. 

Me despido como siempre dando la bienvenida a los nuevos seguidores, y agradeciendo vuestras visitas y que os toméis un momento para dejar algún comentario. Mucho ánimo con este verano de nuestros pecados, ya queda menos!

Un Abrazo y Sed Felices.