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sábado, 19 de marzo de 2022

"West Side Story" (2021)

Existen en esta vida cosas del todo innecesarias, y una de ellas es, sin ninguna duda, la versión de "West Side Story" que ha perpetrado Steven Spielberg.

Extraordinario musical con libreto de Arthur Laurents, mágica partitura de Leonard Bernstein y letras del MAESTRO Stephen Sondheim, traslada al Upper West Side neoyorquino de los años 50 el "Romeo y Julieta" de William Shakespeare, cambiando Montescos y Capuletos por bandas juveniles de portorriqueños (los Sarks) y americanos (los Jets).

La producción original de Broadway debutó en 1957 con dirección y coreografía de Jerome Robbins, y fue nominada a seis premios Tony. Viendo el éxito cosechado fue, cómo no, adaptada al cine en 1961. Y aquí sí estamos ante una obra de arte dirigida por Robert Wise y el propio Jerome Robbins, con un reparto espectacular: Richard Beymer, Natalie Wood, Rita Moreno, George Chakiris y Russ Tamblyn. Tan perfecto fue el resultado que consiguió nada más y nada menos que diez estatuillas doradas en la 34 edición de los premios Óscar: mejor película,  mejor actriz de reparto, mejor música cinematográfica original, mejor diseño de producción, mejor actor de reparto (qué guapísimo George Chakiris), mejor dirección, mejor montaje, mejor diseño de vestuario, mejor fotografía, mejor sonido.

Mi primer encuentro con la película se lo debo a mi madre, que me llevó al cine estando yo en primero o segundo de BUP, porque ella era ya fan desde su juventud. Me quedé tan fascinada que me compré el vinilo con la banda sonora y lo desgasté durante meses, además de tener fritos a los vecinos, testigos involuntarios de mis coreografías en la terraza. 

Pocos actores han conseguido la destreza como bailarín de Russ Tamblyn, pocas actrices más bellas y dulces que Natalie Wood, pocas fuerzas de la naturaleza comparables a Rita Moreno, y pocos actores con más "charm" que ese George Chakiris en rojo y negro.

En el verano de 2007 llegó a Madrid de la mano de una compañía estadounidense, con montaje al aire libre en uno de esos espacios que el Ayuntamiento habilita en la Casa de Campo. Todo el montaje fue en inglés, lo que, como dice siempre mi profe Federico, se agradece sobre manera, pues los musicales "tienen que ser en inglés". Recuerdo que lo disfruté bajo las estrellas, y que esa maravillosa música consiguió transportarnos a todos a un mundo de contrastes, de luces y sombras, en el que el amor, por mucho que lo intente, no puede conseguirlo todo (ya lo dijo el bueno de Will: "no es una comedia lo que escribo...")

Bueno, pues hete aquí que empiezo a escuchar que Steve Spielberg está rodando una nueva versión, y sinceramente, habiendo sido fan del director pensé que merecería la pena. Craso error. ¿Qué necesidad había de hacer esto? Dice un aserto popular que si no vas a mejorar el silencio, no abras la boca. Ay, Steven, ¿por qué no hiciste caso?.

A ver, por dónde empiezo. Ni uno solo de los actores tiene la más mínima entidad, personalidad, envergadura... ni  uno sólo es capaz de trasmitirte la menor emoción (si acaso desear que acaben ya). El jefe de los Jets, Mike Faist,  que parece sacado del casting de "Crepúsculo", en lugar del jefe de una banda callejera de tipos duros y autosuficientes te recuerda al pequeño Oliver extendiendo su plato vacío y diciendo "quiero más, señor". Ni dotes como actor, ni como cantante, y por supuesto a años luz de la arrolladora presencia de Tamblyn. En cuanto a los Jets en general, podría tratarse de cualquier grupo de veinteañeros aburridos de estar en casa durante la pandemia (realmente parece que a todos les falta vitamina D) y han salido de botellón un viernes por la noche tratando de dar esquinazo a la policía. Ninguno tiene voz, aunque quizá, quizá, podría salvar, siendo muy magnánima, su "Gee, Officer Krupke", que si bien no tiene lugar cuando corresponde (Spielber ha cambiado el orden de las canciones para despistar), ni llega al de Riff, Action y Baby John originales a la suela del zapato, al menos te mantiene una sonrisa en la cara. Respecto a las chicas de los Jets, tan solo se puede decir que son del todo irrelevantes, lo que convierte una de las mejores canciones, coreografías y escenas de la película: "Cool", en un enfrentamiento desvaído y absolutamente carente de tensión y fuerza entre Tony y Riff (sí, es otra de las que está cambiada de lugar).

En cuanto a "Anybodys", si Susan Oakes conseguía crear un personaje entrañable y con un toque de tierna autodefensa ("Yo nunca me casaré, demasiado lío"; "Tú nunca te casarás, demasiado fea!"), Spielberg ha puesto ahí la correspondiente cuota "queer" y ha creado un personaje asaz desagradable, por lo burdo y agresivo.

Bueno, vamos con los "Sharks". A estos vitamina D no les falta porque están todos muy morenitos, e incluso parecen bastante más amigos del agua y jabón que sus rivales. Ahora, aquí el director tira a lo loco de estereotipo y nos presenta a un grupo de jóvenes ataviados a medio camino entre vendedores de aspiradoras y matones de los Soprano, y unas señoritas muy jacarandosas con aspecto de cubanas de malecón. Y todos, todos, hablan con la entonación del cangrejo de La Sirenita, "ya tu ves, mi amol".

"Chino" es algo más favorecido que su homónimo del 61, no así Bernardo. ¿Qué has hecho con Bernardo, Spielberg? Nunca te lo perdonaré! Ese pobre muchacho (David Alvarez se llama, como mi profe de historia que por cierto canta mucho mejor que él) es bajito, muy poco agraciado, sin un ápice de personalidad y con un hilillo de voz. ¿Dónde quedaron esos movimientos de cintura, esos aires toreros, ese aleteo de manos de Chakiris?. Y llegamos así al único personaje que se salva un poco de la quema: "Anita, Teresita, Josefina, etc, etc, ect", interpretada por Ariana DeBose. La chica es guapa, tiene empaque y mantiene bastante bien el porte alegre y desvergonzado que en su día confirió al papel Rita Moreno (de ella hablaremos luego). Buena bailarina, no así cantante, ya que es incapaz de deslizar las palabras con la sensualidad o la ira de su antecesora. Juzguen ustedes mismos:


Los personajes resultan tan anodinos, que convierten el baile del gimnasio en un bururú de gente vestida de Primark moviéndose sin control en la fiesta de fin de verano en el polideportivo de la urbanización,  y necesitan de planos abiertos para conseguir que, nada más y nada menos que "América" resulte algo a medio camino entre un videoclip de Rosalía y un spot promocional de la ciudad para los Juegos Olímpicos. 

Bueno, vamos con la pareja protagonista. Ansel Elgot es un Tony alto y desgarbado como el Tony del 61, no canta mal, y teniendo en cuenta que es el personaje que menos me gusta de toda la obra, he de decir que su interpretación no es especialmente destacable por mala. La debutante Rachel Zegler interpreta a una María "empoderada", muy alejada de esa niña dulce aunque resuelta a la que dio vida Natalie Wood. 

Es quizá la que tiene una voz más bella de todo el cast, pero una vez más Spielberg juega con el orden de las canciones y nos coloca ese precioso, reaccionario y antifeminista himno que es "I Feel Pretty" en unos grandes almacenes en los que trabaja María, de modo que en lugar de centrar nuestra atención en ella, la dispersa en el escaparatismo. Su historia de amor es creíble, teniendo en cuenta que no han pasado ni tres días juntos y por lo tanto no ha lugar a que el tiempo y la rutina terminen con ella.

Bueno, y vamos con el cameo un poco "anzuelo" de Rita Moreno. Obviamente, la más galardonada de las actrices de la obra, tanto en cine como en teatro, atraería a los fans a esta nueva versión, y por ello nos la encontramos reconvertida en viuda de Doc, regentando su tienda  y protegiendo a Tony. Incluso es ella la encargada de poner voz a una versión bastante light del maravilloso "Somewhere". Sinceramente, si yo fuera Rita, hubiera declinado cortesmente el ofrecimiento. 

En cuanto a la escenografía, podríamos estar perfectamente en la Ucrania recién bombardeada, con iglesia gótica incluida. Planos abiertos y filtro sepia en unas coreografías muy mediocres salvadas por la grandeza de una partitura imponente. Si la versión de 1961 obtuvo el Óscar al mejor vestuario, aquí parece que se ha atracado un contenedor de ropa usada. Actores fríos, inanes, con los que conectas tan poco que los brillos mortales de las navajas te dejan absolutamente indiferente, si no aliviado porque ya queda menos metraje que soportar. Una película, en fin, del todo innecesaria, del todo prescindible.

Y esto es todo lo que os quería contar hoy. Gracias a todos los que dediquéis un momentillo a pasar por aquí. Buen fin de semana!

Un Abrazo y Sed Felices!

4 comentarios:

  1. Aún no he visto la version de Spielberg y tenía puestas grandes esperanzas en ella, pero después de lo que cuentas tendré que replantearmelo.
    Besitos

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    1. Es una lástima, pero no merece la pena en absoluto.
      Un beso, Isabel y gracias por comentar!!

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  2. Completamente de acuerdo contigo... No me gustaron los cambios, no me gusto su version actualizada, y tampoco me gusto que Rita Moreno (actriz que respeto enormemente) cantara "Somewhere" Y si, jajaja si tienes razon que a esos sharks les falta vitamina D. Me quedo con mi adorada version original.
    Besos

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    1. Gracias, Diana! Me alegro de que coincidamos!
      Un beso!!

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