Existe en Madrid una pequeña joya digna de ser visitada, que, en ocasiones, pasa desapercibida en la vorágine tumultuosa de la gran ciudad. Se trata del "Museo del Romanticismo".
Situado en un palacio de estilo "neoclásico" construido en 1776, se encuentra estructurado como una "casa museo", es decir, en él no sólo encontramos el patrimonio material y tangible que constituyen el propio edificio, sus jardines, muebles, pinturas, etc, sino también aquel otro inmaterial que hace referencia a los usos de cada habitación, roles familiares, modas, formas de vida...
Podemos decir que su principal objetivo es "narrar" las características de una época, sociedad y periodo artístico, el "Romanticismo", que en España discurre entre 1833 y 1868; muy tarde si comparamos con el resto de Europa como consecuencia de la Guerra de la Independencia y el Absolutismo que la siguió (y que representaba todo lo opuesto a la concepción individualista, sensible, al ansia de libertad y espiritualidad que caracterizó el "espíritu romántico").
Una vez más fue mi madre (estudiosa de "Historia del Arte") quien me llevó a verlo y debo decir que me fascinó. Os apetece acompañarnos?
Lo primero que encontramos al entrar en el Museo son las "salas del jardín" que dan paso a un pequeño pero espectacular jardín romántico, el "Jardín del Magnolio" donde junto al árbol que le da nombre crecen hiedras y enredaderas, se oye el murmullo de una fuente coronada por un ángelote (como no) y se encuentran repartidas mesitas para tomar un té. En verdad todo allí invita a la tranquilidad.
Del jardín volvemos al zaguán, donde se encuentra la "Escalera" de acceso a la planta principal del edificio. A ambos lados de la misma, dan la bienvenida al visitante los dueños de la casa; dos representantes de la nueva burguesía, que deseosa de emular a la nobleza, empieza a atesorar todo tipo de objetos de arte, mobiliario... además de encargar suntuosos retratos a tamaño natural como los que aquí nos encontramos:
Cruzamos el "Vestíbulo" (de decoración sobria y con mobiliario muy característico: como el reloj de péndulo, que, dicho sea de paso, me encanta ) y la "Antecámara" (cuyo objetivo era informar a los visitantes del poderío económico de los dueños de la casa, y por ello repleta de muebles, objetos, suntuosas alfombras, pinturas...):
Es curioso el hecho de que las casas de la época estaban construidas en hilera o "enfilade", sin pasillos, de modo que vamos pasando directamente de una estancia a otra. Parece ser que el objetivo de esta disposición era tener una continua visión de todas las riquezas que atesoraba el propietario. Vamos, que muy celosos de la intimidad no eran por aquel entonces!
A continuación pasamos a tres salones. El primer "Antesalón", con mobiliario de estilo "fernandino", donde llaman la atención el diván y especialmente el piano de madera de "palosanto" (maravillosas veladas musicales debían disfrutar, a juzgar por la profusión de pianos repartidos por toda la casa).
Tras él, el gran "Salón de Baile", una de las salas más amplias de la casa, y quizás de las más ostentosas (no en vano sólo se dedicaba al lucimiento social). En ella destaca la sillería de caoba (perteneció al ministro Antonio María Fabié), las ricas paredes enteladas, cortinas con pasamanerías y damascos, y un sin fin de objetos (porcelanas, cajas de música, relojes...) que nos cuentan la historia de sus poseedores. A este respecto decir que no se permite entrar al Museo con bolsos o mochilas, pues parece que los "amigos de lo ajeno" ya intentaron llevarse algún recuerdo y no precisamente de la tienda de "souvenirs".
Destacar en este salón nuevamente el piano, con el escudo real en su tapa, que fue construido especialmente para la Reina Isabel II por la casa "Pleyel" de París.Me encanta la "lira de Apolo" en su base. Como véis en esta sala también hay importantes retratos, muy de la época, en los que a la mujer se la representa distinguida y de alta posición pero siempre en casa, mientras que el varón tiene reservadas las tareas "intelectuales" y "públicas" (os resulta familiar a qué si?):
El tercer salón de este grupo denominado también "Antesalón", se dedicaba a reuniones informales o tertulias. En él destacan unas sillas de caoba (llamadas "volantes" porque se podían mover hacia el punto de la tertulia) que pertenecieron nada menos que a Juan Ramón Jiménez, y cómo no, otro piano, firmado en este caso en 1827 por José Colmenarejo, y decorado con escudos e instrumentos musicales.
En lo que se refiere a la pintura destaca un impresionante "Retrato ecuestre del general Prim" de Antonio María Esquivel:
Nos adentramos a continuación en una serie de habitaciones que pertenecían ya a un ámbito más privado o familiar, separadas unas de otras en base a la función a que se dedicaban (lectura, costura, juegos...) y a la persona que las ocupaba (el señor, la señora, los niños...). En el Museo y con fines temáticos, las tres primeras salas se dedican al "costumbrismo", visión pintoresca o popular del "tópico español", lo que hoy denominaríamos "typical spanish" y que aún sigue siendo tan apreciado por los turistas jejej.
Así tenemos dos "Salas de los Costumbristas Andaluces", y una pequeña "Sala de los Costumbristas Madrileños". En ellas destaca un mobiliario más sobrio que el que hemos visto anteriormente, con una evidente influencia inglesa, así como gran cantidad de cuadros y figuras dedicados a algunos de los arquetipos andaluces y madrileños: las ventas y mesones, los toreros, los "majos" y una figura especialmente idealizada en el periodo romántico, la del bandolero o contrabandista.
Me encanta este escritorio y el sillón de enea, se nota la influencia inglesa!
Esta escultura de un bandolero abatido es una auténtica maravilla.
Pasamos entonces a "La Salita", o lo que hoy llamaríamos "cuarto de estar", lugar de reunión y relax para toda la familia.
Os gusta ese costurero ehhh! Divino!!
En el llamado "Pasillo" se encuentra uno de los "muebles" más curiosos de la casa. El retrete de Fernando VII, realizado en caoba, con un gran sillón central en cuyo asiento se abría un orificio para expulsar las aguas fecales. Es curioso que pese a lo "lujoso" del artefacto, la evacuación de los desechos se tuviese que realizar a mano (tarea destinada a los sirvientes claro está). En diferentes vitrinas se encuentran muchos objetos de la higiene masculina: cortauñas, tijeritas, útiles de afeitado, en plata, marfil, todos ellos muy bonitos y elaborados.
Una de las estancias que más me gustó del Museo fue el "Comedor". En esta época se utilizaba sólo para la cena, siendo obligatoria la etiqueta aunque los comensales fuesen únicamente los miembros familiares (ay que tiempos aquellos...).
En el techo (no se aprecia bien debido a que las fotos se deben hacer sin "flash") aparecen los escudos de las provincias españolas, estando iluminado por una impresionante araña de cristal de La Granja (Segovia). Me encanta todo el mobiliario, la chimenea, el aparador, las mesas de servir, las sillas, las cortinas... Y qué decir de la mesa (la misma en la que el general
Primo de Rivera ofreció una cena al Consejo de la Sociedad de Naciones) y el servicio, de porcelana de París. Un sueño!!
Pasamos ahora al "Anteoratorio", pequeña antecámara en cuya decoración cabe destacar un sobrio diván, un velador circular cuyo tablero de mármol blanco es una losa sepulcral de la época (lagarto-lagarto), y diversas obras de temática religiosa entre las que sobresale "Agar e Ismael en el desierto" de Antonio María Esquivel:
Y desde aquí, como no podía ser de otro modo se accede al "Oratorio", espacio utilizado tanto para actos religiosos de carácter íntimo, como para otros más sociales (bautizos, velatorios...). El reclinatorio de caoba perteneció a la mismísima Isabel II, y frente a él, sobre el altar, una maravilloso "San Gregorio Magno, Papa" de Francisco de Goya, probablemente la pintura más impresionante de todo el Museo:
Llegamos a otra de mis estancias favoritas, la "Sala de Juego de Niños". Vitrinas repletas de muñecas de porcelana, juegos de mesa decimonónicos, casitas de muñecas en miniatura... una sala en fin, que hará las delicias de cualquier nostálgico o coleccionista!
Esta muñeca de pasta de porcelana y cabello humano pertenece a la "Fábrica Jumeau" (1878-1899)
La vida en el interior de un convento!!
Las habitaciones femeninas comienzan con el "Boudoir", estancia de uso personal de cualquier dama elegante, donde escribir, coser o recibir a las visitas de confianza. A destacar los retratos infantiles, el mobiliario de inspiración oriental (sobre todo el costurero), y la vitrina repleta de peinetas, pendientes, pulseras, joyeros...
Me encanta!!
En la "Alcoba femenina" encontramos un escritorio de sobremesa (hay que tener en cuenta que es la época por excelencia de las cartas de amor jejeje), el tocador con sus frasquitos para aceites y perfumes, el espejo de pie alto llamado "paje"... La cama es tipo "góndola" recubierta por un gran dosel (se usaba para concentrar el calor), de estilo "Imperio". No podía faltar tampoco un reclinatorio para el retiro y la oración. Y qué me decís de la cunita? Estilo "fernandino", una belleza.
Mi perdición, sombrillas, guantes y accesorios para ir al teatro o la ópera.
No podía faltar en un museo dedicado al Romanticismo, un espacio consagrado a quien fuese probablemente el mejor periodista y literato español de este período: Mariano José de Larra, también conocido por los seudónimos de "Fígaro" y "El Pobrecito Hablador". Así en "El Gabinete de Larra" se muestran pinturas y objetos que le pertenecieron, junto con periódicos con sus artículos, o incluso la pistola con la que se suicidó.
La literatura, el teatro, y la obsesión de los románticos por el suicidio continúan en la "Sala de la Literatura y el Teatro", centrándose en los retratos como reflejo de esas reuniones de artistas y escritores, entre los que se contaban el Duque de Rivas o el propio Bécquer (quién hubiese podido asistir a alguna de ellas...)
Otro piano, de "Steinway and Sons", nada menos.
Antes del dormitorio masculino, encontramos un pequeño "Fumador". Era un espacio muy masculino, intimo, relajado. La decoración es de inspiración oriental, especialmente árabe, con un toque muy exótico.
El "Gabinete" era el salón de recibir para los hombres. Se consideraba un "templo" de la conversación, destacando en esta sala un "pianoforte" que en la época era un importante instrumento de entretenimiento.
Como hemos visto los dormitorios estaban separados. Así el "Dormitorio Masculino", de aspecto más sobrio que el femenino, como no podía ser de otra manera, presenta una cama estilo "Carlos IV", cómoda tocador o lavabo, tocador masculino,orinal, mesita de noche, espejo basculante...
En los retratos de esta habitación se reflejan además de muchos de los arquetipos de la época como el "rebelde" romántico (artista y visionario) el "lechugino" y el "dandy" (esclavos de la moda), diferentes personajes oficiales o relevantes del momento.
Gemelos, alfileres de corbata, gafas y sobre todo preciosos relojes!!
Los hombres tenían también su habitación de trabajo, "El Despacho", de decoración sobria, sencillo y austero; de gusto muy inglés. Destaca una imponente mesa de despacho de estilo "Reina Gobernadora", en madera de caoba, con cinco cajones en el frente con decoración de taracea alrededor de la bocallave, y dos cajones secretos laterales. Perteneció al Marqués de Remisa y por ello se muestra junto a su retrato.
Calculadora de la época!!
Y para terminar una buena reunión masculina, nada mejor que pasar a la "Sala de Billar" (se jugaba después de comer para "bajar" la comida jejeje). Esta mesa está firmada por uno de los fabricantes con mayor fama del momento: Francisco Amorós. Las sillas datan de 1860, y cabe destacar que en la sala sólo hay retratos femeninos (picaruelos...)
Durante la época Romántica, todo lo campestre y natural era muy valorado, por ello en casi todas las casa había un invernadero para las plantas llamado "Estufa" o "Serre" (en francés, lo más chic por entonces). Aquí nos encontramos dos vitrinas: la primera con piezas de opalina de la Real Fábrica de La Granja (Segovia), y la segunda con diferentes piezas de vajilla de cerámica estampada (que se ponen de moda en esos momentos para perdurar hasta nuestros días) realizadas en la fábrica de La Amistad (Cartagena), Sargadelos (Lugo) o La Cartuja (Sevilla).
Lo que me gustan a mí estas vajillas...
Bueno, pues aquí finaliza nuestro recorrido por el Museo.Si habéis llegado hasta aquí os merecéis unos deliciosos pastelitos de crema de los que se pueden degustar en el jardín jejeje. Espero que os haya gustado, y si venís a Madrid os animéis a visitarlo. Es muy frecuente además que se hagan exposiciones temporales, ciclos de lectura, conferencias, e incluso reuniones de la "Sociedad Victoriana" a las que se acude con los vestidos de la época. Una delicia para los nostálgicos del XIX como yo.
Y sin más me despido como siempre dando la bienvenida a las nuevas seguidoras, y agradeciendo todas vuestras visitas, cariñosos comentarios, sugerencias, aportaciones... que como siempre digo son el motor del blog.
Espero que hayáis disfrutado de una buena Semana Santa, y os deseo un feliz fin de semana.
Un Fuerte Abrazo y Sed Felices!!
A ver si vamos en nuestra próxima visita a Madrid , solo lo he visto en fotos
ResponderEliminarPues sí, seguro que te gustará.
Eliminarhola mercedes! creo que me encantaría visitarlo porque me gusta imaginarme cómo era la vida diaria en épocas pasadas.
ResponderEliminarsalís muy guapa tu madre y tú. por cierto, que hace un rato, cuando volvía de clase, he visto a una chica que se parecía a ti... pero no, no eras tú, jeje.
quién pudiera viajar al pasado y ser testigo de las tertulias que tenían los escritores en aquella época...
besos!
Es verdad Chema, quien pudiese viajar en el tiempo y poder ser partícipe de las costumbre, movimientos artísticos... de las distintas épocas.
EliminarPues no sé, como no tenga por ahí algún doble jejejej.
Un besazo.
Chica, que agradable paseo me has dado!!....y si salir de casa......jejejeje
ResponderEliminarPrecioso paseo fotográfico, con su correspondiente guía turistica que nos relata las curiosidades de la época. Fíjate que viviendo en Madrid (bueno a las afueras) toda la vida y nunca había oído hablar de este museo....
Muchas gracias por darlo a conocer, los pondré en mis pendientes a ver si voy a verlo. Hasta otra, besos.
Pues cuando tengas oportunidad aprovecha y vete a verlo, seguro que te gustará.
EliminarUn abrazo.
un recorrido precioso y no la conozco con lo que tendre que hacer ese viaje que tengo en mente, algunas cosas me recuerdan la casas de mis abuelos , el gabinete un sitio que no podia ni asomarme, solo visitas, de vez en cuando nos escapabamos, habia un muebles con miniaturas y uno era un cuarto de costura con un costurero como ese, aun conservo le juego de tocador minusculo que me guardo mi madre, lo tengo como un tesoro, gracias por esta visita que ha sido todo un descubrimiento, bessssssssssss
ResponderEliminarHola Pepa, me alegro que te haya gustado y sobre todo que te haya traído recuerdos. Un lujo poder tener esos tesoros guardados, disfrutalos siempre.
EliminarUn beso.
Que bonito , me encanta visitar estas casas museo, gracias por este paseo.
ResponderEliminarBesos
Gracias a ti por tu visita.
EliminarUn beso.
No conocía este museo, gracias por el maravilloso reportaje fotográfico.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a ti, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Ohhhhh que maravilla! Me encanta estos palacios y encima museo. Que gran recorrido¡ si vuelvo a Madrid lo visito fijo. Besicos
ResponderEliminarMuchas gracias Paqui, me alegra que te haya gustado. Si tienes oportunidad de verlo seguro que disfrutas mucho.
EliminarUn beso.
EL steinway and sons perteneció a Juan Ramon Jimenez
ResponderEliminarGracias por el dato Alex.
EliminarUn saludo!