"Art is the only serious thing in the world. And the artist is the only person who is never serious" Oscar Wilde.



"Haz lo necesario, después todo lo posible, y así conseguirás hasta lo imposible" San Francisco de Asís


martes, 24 de marzo de 2020

El arte de elegir

Hay una escena en "Lo que el viento se llevó" (mi película favorita) en la que Escarlata envía a Prissy a buscar al doctor ante el inminente parto de Melania. La negrita, con su aguda y llorosa voz, la responde: "Ay, señorita, no me mande a las cocheras del tren! Se muere allí la gente y a mí me dan mucho miedo los muertos!". 

Esta imagen no deja de venir a mi cabeza porque en Madrid se muere la gente. Sola, aislada, y en tal número que ha sido necesario habilitar una pista de hielo (antaño escenario de competiciones deportivas) como improvisada morgue. Se muere la gente, sí. Pese a que se nos dijo que no iba a pasar nada, que este "bichito" si, por pura casualidad llegaba a España, pasaría de largo haciendo como mucho alguna paradita esporádica, pero en ningún caso para quedarse y sembrar nuestra tierra de muerte, aislamiento, miedo y desolación. Vivimos en un mundo globalizado y, evidentemente, el virus llegó y se quedó; era absolutamente previsible.

Se muere la gente de vacío y de soledad, porque en ese mismo mundo globalizado, se ha engendrado toda una sociedad infantilizada, aborregada, huérfana de referentes morales, acostumbrada a gozar de todo aquello que pedía sin esfuerzo, sin demora; una sociedad ansiosa por estar, aparentar, mostrar... que se ha olvidado de ser. Por eso hay que salir a los balcones sin denuedo, hacer ejercicio como si no hubiera un mañana aunque hasta ahora la mayor actividad hubiera sido teclear con los pulgares, o bucear en páginas de arte para poder suplir los selfies en el museo (delante de cuadros de los que se desconoce nombre y autor) por selfies delante de la pantalla.

Y entonces, como suele ocurrir en los momentos de crisis, empezamos a descubrir que estamos rodeados de héroes anónimos, porque los empezamos a ver luchar cada día, cada noche, cada momento, a pecho descubierto, en primera línea, sin más coraza que su fortaleza y la fidelidad a ese juramento que un día realizaron. Y como por ensalmo, siguiendo su ejemplo, todo aquello de noble y hermoso que habita en el corazón humano empieza a salir a borbotones, superando con creces la maldad y la podredumbre. 

Y quizá también algunos descubren que el silencio es bueno, incluso agradable. Que es gratificante empezar a pasar tiempo con uno mismo y abandonar esa desesperada carrera hacia la masa. Que es un buen momento para analizar las prioridades, hacer balance y convertirnos por un instante en George Bailey para pensar como sería (como hubiera sido) la vida sin nosotros. Y tal vez entonces nos demos cuenta de que hemos estado solos en compañía, de que por mucho tiempo que hayamos pasado con una persona ésta nunca nos ha llegado a conocer, de que nos hemos dejado engañar muchas veces por los cantos de sirena, de que hemos fallado, caído, llorado, sufrido... pero que a pesar de todo eso, hemos sido importantes, necesarios, incluso esenciales para alguien, y por eso nuestra vida merece ser vivida.

Hace tiempo que me declaré fan incondicional de Agustín de Hipona. Tendemos a pensar que todo sucede por una razón (quizá por nuestra perentoria necesidad de encontrar sentido a los fracasos, al dolor, a la pérdida), que el destino está marcado y no podemos escapar de él: las cosas pasan, no hay nada que hacer. 

Pero no es así. Gracias a Dios, todos gozamos de esa maravilla llamada "libre albedrío", de la gloriosa capacidad de darle una patada al destino, porque amigos, todos nosotros podemos elegir. Y ahora, más que nunca, debemos hacerlo. 

Así que, elijo estar aquí, y luchar, y levantarme cuando me caiga o la vida me derribe. Elijo querer y dar a manos llenas, en barbecho, aun sin recibir respuesta. Pensar que el dolor también le da sentido a la vida, que si nos duele es porque ha merecido la pena, y que cada cicatriz es una medalla. Quizá, siguiendo con mi película favorita, me pasa como a Rhett Butler y tengo debilidad por las causas perdidas cuando de verdad lo están... 

Siempre me gusta recordar las palabras de un hombre muy grande en todos los aspectos, G.K.Chesterton, porque creo de verdad que "Al final no importará si escribimos bien o mal, si luchamos con mayales o cañas. Nos importará y mucho en qué lado luchamos”. 

Es el momento de confiar, de batallar y de rezar. De dar gracias a Dios cada minuto, cada hora, cada día en el que estamos vivos y sanos, y de pedir su protección y su consuelo. Porque de esta saldremos unidos, sí, pero sólo saldremos con Su ayuda. 

Y entonces, como decía Escarlata... "realmente mañana será otro día".






martes, 3 de marzo de 2020

La llave de la amistad

Existen personas a quienes Dios pone en nuestro camino para ayudarnos a transitar, personas que siempre nos iluminan con una sonrisa, nos dan calor con un abrazo, y nos consuelan con una palabra. Y una de esas personas es mi amiga Laura, doña "Flores con Encanto"

Me hacía mucha ilusión que tuviera algo hecho por mí en su preciosa floristería, porque un regalo realizado con nuestras manos lleva algo de nuestro corazón en cada pincelada, de modo que pensando, pensando, decidí hacer para ella un cuadrito de estilo"vintage" en tonos pastel, que iba a encajar perfectamente con su decoración entre la que hay una máquina Singer original que me da mucha envidia (sana, naturalmente ☺)



Para realizarlo he utilizado los siguientes materiales: una tabla de DM, un lienzo, papel de arroz, pasta relieve de textura arena, cola de decoupage, pintura chalk paint en blanco roto y rosa pastel, una plantilla de estarcido, una llave antigua y un pequeño lazo.


El primer paso consiste en promediar el lienzo sobre la tabla que nos va a servir de marco, y señalizarlo con cinta de carrocero. A continuación vamos a ir aplicando la pasta textura por todo el contorno con la ayuda de una espátula, dándole los relieves que más nos gusten. Una vez completo dejamos secar bien.


A continuación aplicamos sobre el lienzo una mano de pintura a la tiza, en tono blanco roto, que va a realzar el motivo del papel de arroz con el que lo vamos a forrar.


Mientras que seca, procedemos a pintar el marco con pintura a la tiza, pero en este caso rosa pastel, que va a combinar perfectamente con los motivos del papel de arroz elegido. Cuando tenemos el marco bien cubierto y bien seco, vamos a realizar un estarcido en blanco roto, concretamente unos topitos, que también combinan muy bien con el motivo del papel y que además contribuyen perfectamente al estilo "vintage" que estoy buscando.

Vamos ahora a forrar nuestro lienzo con el papel de arroz utilizando cola de decoupage, que además va a ejercer un efecto protector. Cuando tanto el lienzo como el marco se encuentran bien secos, procedemos a pegar uno sobre otro, con la pistola de silicona caliente. Finalmente le aplicamos un par de manos de barniz satinado en spray.

Me encantan estas llaves antiguas, sabéis que las he utilizado en algún que otro trabajo, de modo que tomé una de ellas, la puse un pequeño lazo rosa alrededor, la pegué también con silicona caliente en el centro del cuadro y éste fue el resultado final (justo el que estaba buscando):




Por último y como siempre digo, una buena presentación dice mucho de nosotros, de modo que envolvemos nuestro cuadro en papel de celofán, y lo metemos en una bonita bolsa de regalo:



Lo cierto es que a Laura la encantó y me hace mucha ilusión que pueda tener un poquito de mí con ella cada día. Por si fuera poco, este pequeño trabajo no puede estar en un lugar más hermoso, rodeado de flores y de belleza. 

Bueno, pues ésto es todo lo que quería compartir hoy con vosotros. Espero que os haya gustado o al menos os haya podido parecer interesante. Me despido como siempre dando la bienvenida a los nuevos seguidores que espero pasen por aquí ratitos agradables, y agradeciendo de corazón todos vuestros cariñosos comentarios. Pasad una buena semana!

Un Abrazo y Sed Felices!