"Art is the only serious thing in the world. And the artist is the only person who is never serious" Oscar Wilde.



"Haz lo necesario, después todo lo posible, y así conseguirás hasta lo imposible" San Francisco de Asís


domingo, 30 de agosto de 2020

Este es el verano de nuestro descontento

Sí, como lo fue la primavera, lo será el otoño y mucho me temo lo será el invierno. Éste es el año de nuestro descontento, el año que nos han robado. El año que se resiste a terminar, que nos tortura día a día, hora a hora con su lento caminar, pero que sin embargo parece no existir porque deja un vacío enorme en nuestras vidas. 

Nos ha robado familiares, amigos, seres queridos; nos ha robado sonrisas, abrazos, besos, apretones de manos, cercanía, calor, suspiros, mariposas en el estómago... 

Nos ha robado esos pequeños placeres que componían nuestra vida y de los que tan poca cuenta nos dábamos: un viaje en tren, ese paseo al amanecer con su brazo alrededor de tu cintura, el café de media mañana con los compañeros, las rebajas con tu madre, las horas de cola en Medinaceli, la Semana Santa en Madrid, madrugar para conseguir esas entradas que llevabas meses esperando, las clases de historia, la visita al museo, las horas de felicidad entre los terciopelos rojos del teatro... incluso la charla insustancial con la peluquera mientras te ponías guapa. Éramos felices y probablemente ni lo sabíamos, porque todo lo que se tiene en abundancia nos llega a pasar desapercibido. 

Mucho hemos perdido en este tiempo, y no, no me vais a escuchar hablar de "salimos más fuertes", porque, no sé vosotros, pero yo estoy muy cansada de ser fuerte. No, ni siquiera pienso que salgamos mejores personas, porque hay mucho dolor, mucho vacío, mucha incertidumbre, y todo eso nos va a pasar factura, más pronto que tarde. 

Pero lo que me parecería imperdonable es no aprender de la experiencia. No reconocer que en los momentos duros hay dos tipos de personas: las que siguen ahí, contigo, sosteniendo tu mano pase lo que pase, y las que desaparecen sin decir adiós. No agradecer a todos aquellos que cada día, pese a los cientos de kilómetros que a veces nos separaban, tenían un "buenos días" y una sonrisa para ti. A los que aguantaron tu llanto, tu miedo, tu dolor; a los que te abrazaron con una palabra, con una canción. A los que establecieron un divertido ritual para que supieras que a determinada hora teníais un punto de encuentro, que de alguna manera la civilización seguía en pie y siempre podías volver a casa. De modo que si me estáis leyendo: Gracias, por todo y de corazón. 

Siempre digo que la vida es una tómbola con los números trucados. Y es que, pensadlo bien, aunque breve como un destello, hay un momento en que este invierno de nuestro descontento se vuelve verano con el sol de York y todas las nubes que cubrían nuestra casa quedan por fin sepultadas en el hondo seno del océano. Y entonces cubrimos nuestra frente con guirnaldas victoriosas y danzamos porque no queremos volver a tocar el suelo con los pies, porque el ansia de alcanzar el cielo nos redime de nuestro miedo a caer; porque sabemos que ese vértigo dará sentido a nuestras vidas y nos permitirá saludar de nuevo al invierno con una sonrisa. 

El otro día un amigo me preguntaba si creía que la vida nos debe algo. Sinceramente, debería ponerse en pie y dedicarnos una cerrada y sonora ovación, porque aquí seguimos, haciéndola frente. No tengo ni idea de lo que vendrá, y francamente, he dejado de intentar racionalizar nada. Solo quiero sacar lo bueno de las personas y las cosas y atesorar cada momento hermoso, porque así como estamos hechos de cicatrices, también estamos hechos de recuerdos, y recordar supone nada más y nada menos que "volver a pasar por el corazón". Ya hemos visto que la vida puede cambiar con un parpadeo, de modo que no dejéis nada por decir, porque las palabras tienen un maravilloso poder, tanto, que pueden sanar la herida más profunda.

Supongo que a estas alturas ya os habréis imaginado que uno de los soliloquios que más me fascinan de toda la historia de la literatura es este de Ricardo III, de modo que os lo voy a colar de rondón ☺ 


Muchas gracias por estar ahí, tanto aquellos que me habéis acompañado durante años, como los que habéis tenido la bondad de asomaros recientemente. Muchas gracias por permitirme compartir estos pensamientos con vosotros, por dedicarme un poquito de vuestro tiempo y tener la amabilidad de dejarme algún comentario.

Un Fuerte Abrazo y Sed Felices.
  

miércoles, 22 de julio de 2020

"Quinta da Regaleira". Sintra

Una de las localidades más bellas de Portugal, situada a menos de una hora en tren de Lisboa, es la villa de Sintra, no en vano declarada  Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 19 de diciembre de 1995. 

Situada en la Sierra de Sintra, la villa nos sorprende con un microclima muy especial, una vegetación exuberante, playas y acantilados, que ya desde el siglo XIV atrajeron a monarquía y nobleza quienes construyeron palacios y suntuosas residencias, instalándose aquí desde conventos y monasterios hasta órdenes militares. Sin embargo es en el siglo XIX cuando alcanza su máximo apogeo, convirtiéndose en lugar de residencia de la monarquía portuguesa, y atrayendo como un imán a numerosos artistas europeos como el sin par Lord Byron quien la definiría como "el Glorioso Edén".

Tras un breve paseo por las estrechas y adoquinadas calles de su casco histórico (al que dedicaremos otro post), resulta visita indispensable  uno de los lugares más mágicos y especiales de la villa, máximo exponente de esa explosión romántica que sacudió Sintra en el diecinueve: La Quinta da Regaleira.

Sueño y obra del aristócrata Antonio Augusto Carvalho Monteiro, quien, dueño de tal fortuna que le valió el sobrenombre de “Montero de los millones”, encargó tan particular proyecto al genial arquitecto y escenógrafo italiano Luigi Manini, incorporando además  la  maestría de los escultores, canteros y talladores que habían trabajado con él en el Palace Hotel de Buçaco.

La Quinta debe su nombre al lugar en el que se ubica, los terrenos de la Vizcondesa da Regaleira, siendo construida ya en el periodo final de la monarquía, entre 1904 y 1910. Carvalho Monteiro era un hombre de gran cultura, espíritu científico, inclinaciones místicas y esotéricas, coleccionista, filántropo, bibliófilo... es decir, el epítome del caballero decimonónico. Por ello, quiso vivir rodeado de todo aquello que le apasionaba, y dejarlo además escrito en piedra, oculto a plena luz, para ser descubierto por aquellos que fueran dignos de ello. 

Toda la Quinta está planteada como el escenario de un viaje iniciático, una suerte de peregrinación por un jardín simbólico plagado de referencias a la mitología, al Olimpo, a Dante y Virgilio, a Camões, a la misión templaria de la Orden de Cristo, a grandes místicos y taumaturgos, los enigmas del Arte Real y a la Magna Obra Alquímica.

La entrada para visitantes se encuentra en el la parte superior de la finca, de modo que desde la Plaza de Sintra tendremos que caminar unos ochocientos metros de agradable cuesta arriba bordeando los jardines, hasta que, a medio camino, las elegantes y manuelinas agujas del Palacio empiecen a aparecer en el horizonte.


En esta zona nos encontramos las que fueran dependencias de los empleados de la finca, las caballerizas y el "couch house" (el equivalente al garaje en el que se guardaban los coches de caballos), y una pequeña central eléctrica que abastecía de energía a toda la propiedad.


Si bien arquitectónicamente denotan más sobriedad que los edificios principales, ya podemos ver aquí algunos de los elementos más característicos del estilo manuelino: cuerdas, nudos, perlas, escudos, y sobre todo elementos vegetales, decoran profusamente puertas, balcones, columnas y fachadas.



Estamos en la parte alta de la finca y por ello el impresionante bosque aparece aquí más desordenado, en una exhuberante combinación de especies (limoneros, robles, castaños, cedros, cipreses, pinos de Norfolk...) reflejo del interés de Monteiro por el "primitivismo". Y entre ellos, empezamos a encontrar ya las primeras referencias mitológicas en algunas de sus bellísimas fuentes (no serán éstos los primeros tritones a los que tengamos ocasión de saludar ☺ )



Paseando por el jardín llegamos al imponente "Portal de los Guardianes". 


Compuesto por una estructura semicircular rematada por dos torres laterales y con un minarete central, desde aquí  los "guardianes" (dos tritones) protegen la entrada (o la salida, dependiendo de cómo se iniciase el recorrido) de uno de los puntos más emblemáticos de la Quinta (y muy probablemente el que atrae al mayor número de visitantes): el "Pozo Iniciático". Es decir, con eterno celo custodian los "guardianes", ajenos al devenir del tiempo, la puerta que separa el mundo exterior del inframundo, vedada para aquellos que no lograsen superar el  misterioso y legendario ritual de iniciación.



Frente al "Portal de los Guardianes" se alzan otras dos estructuras cargadas de simbolismo: la "Torre de los Mundos Celestes" y la "Torre del Zigurat" bajo las cuales se encuentra una enorme cisterna de agua que abastece las fuentes y estanques, o el gran "Lago de la catarata".

Inspirada en las construcciones místicas de sumerios y asirios, la "Torre del Zigurat" ( piramidal y escalonada, de base cuadrada y con terraza) tiene por objeto la ascensión hasta el templete que la culmina, para estar, así, más cerca de los dioses.


A no mucha distancia nos encontramos con otro de los elementos más llamativos del jardín, la "Torre da Regaleira". Construida para que quien subiese a ella tuviera la sensación de encontrarse en el eje del mundo, nos ofrece unas vistas maravillosas de la Quinta e incluso de Sintra. Construida sobre la "Gruta de Leda" como símbolo de naturaleza alquímica, pretende simbolizar la unión en este caso del cielo y la tierra.




Bueno, pues llegamos por fin al elemento más llamativo y misterioso de la Quinta, el célebre y celebrado "Pozo Iniciático". Escondida en un conjunto megalítico formado por enormes rocas cubiertas de musgo, se encuentra la entrada (aunque, a riesgo de romper algún corazón, debo decir que muy escondida ya no está pues una larga cola de visitantes nos anticipa que allí la vamos a encontrar) a una torre invertida de 27 metros de profundidad que pretende llevarnos al mismo centro de la tierra. Inspirado en la Divina Comedia de Dante, el pozo consta de nueve pisos (nueve niveles) que representarían los nueve círculos del Infierno o los nueve cielos del Paraiso, según el recorrido iniciático elegido.



Las escaleras, muy estrechas y en espiral, giran en el sentido de las agujas del reloj, agrupadas de quince en quince escalones, hasta completar 139 (el lugar está repleto de referencias alquímicas, masónicas y esotéricas). De este modo, en semipenumbra, acariciando unas paredes de piedra húmedas y cubiertas de musgo, el hombre realiza un simbólico descenso a los infiernos para desde aquí renacer a una nueva vida espiritual.


En el fondo del Pozo nos encontramos embutida en mármol con una rosa de los vientos sobre una cruz templaria, fusionando así el escudo herádico de los Carvalho Monteiro con la Orden del Temple (algunos dicen que los nueve pisos del Pozo simbolizan a los nueve caballeros fundadores de la Orden).


Desde aquí, un sin fin de grutas nos conducirán por el verdadero infierno (todo el recorrido subterráneo de la Quinta conduce al Pozo Iniciático), hasta que, a medida que vayamos alcanzando la perfección espiritual, podamos renacer a una nueva luz exterior (en mi caso en la "Gruta del Este" ☺)


Continuamos nuestro camino por los hermosos jardines para dirigirnos hacia el "Palacio da Regaleira". Estamos en la parte baja de la finca y por ello los jardines empiezan a presentar un mayor orden y un aspecto menos salvaje, aunque nos continúan sorprendiendo las innumerables especies vegetales que aquí se concentran.



Pero antes de llegar al Palacio, debemos detenernos en una pequeña joya dentro de todo este sin par mundo de las maravillas, la "Capilla de la Santísima Trinidad", verdadero tesoro del estilo neomanuelino. Construida en piedra blanca, en su fachada están representados, a ambos lados, Santa Teresa de Avila y San Antonio, y en el centro, el Misterio de la Anunciación.



En su interior nos volvemos a encontrar con referencias a la Orden del Temple (veremos la cruz templaria en el suelo de la capilla) o una esfera armilar sobre la que descansa la Cruz de la Orden de Cristo. La cabecera se encuentra decorada con un mosaico que representa la coronación de la Virgen, quien aparece vestida con los tres colores alquímicos:  blanco, rojo y azul, además de una faja dorada que simboliza el oro alquímico y la suma de todas las virtudes.


Y finalmente nos disponemos ya a visitar el Palacio. Su imponente fachada es un claro exponente del estilo manuelino: agujas, pináculos y fantásticas gárgolas; cuerdas, nudos, esferas... representantes de la epopeya náutica portuguesa, elementos del mundo vegetal, y entre los elementos simbólicos un pelícano que se infiere una herida para alimentar a sus crías con su propia sangre, símbolo que representa a Cristo y fuese muy utilizado por la masonería. Toda la decoración estuvo a cargo del escultor José da Fonseca.



Al acceder a la planta baja, nos adentramos en la "Sala de Caza", hermoso comedor presidido por una impresionante chimenea, de un blanco impoluto, decorada con escenas alegóricas a la caza, y rematada por la figura de un cazador con sus perros. Tanto los mosaicos venecianos del suelo, como la decoración del techo hacen referencia al "ciclo de la vida".


A continuación nos encontramos en el "Salón del Renacimiento", antigua sala de estar, cuya decoración está inspirada en el Renacimiento italiano.



Pasamos a la "Sala de los Reyes", antigua sala de billar, en la que, en un maravilloso techo artesonado, aparecen representados los monarcas portugueses: 20 reyes y 4 reinas, así como los escudos de Oporto, Braga, Coimbra y Lisboa. Sobre la chimenea se encontraba el escudo de armas de Monteiro, habiendo sido remplazado por el escudo de la ciudad de Sintra.



En la primera planta están las habitaciones privadas de la familia, la zona de estudio y de juegos infantiles. En la segunda, la "Sala Octogonal" que da acceso a la terraza de la misma forma (nuevamente vemos una referencia a la simbología templaria), así como los dormitorios privados y la biblioteca. Finalmente en la tercera planta veremos la torre neo-medieval en la esquina norte del Palacio, en cuyo interior se encontraba el estudio privado del propietario conectado a través de una pequeña escalera con su laboratorio alquímico y las terrazas.


Y así concluimos nuestra visita, alejándonos del misterioso Palacio por el "Paseo de los Dioses", alameda compuesta por la alineación de estatuas de divinidades clásicas como Fortuna, Orfeo, Venus, Flora, Vulcano o Hermes. Sin duda nadie mejor para decirnos "hasta pronto".



Bueno, pues esto es todo cuanto quería compartir hoy con vosotros. Si habéis llegado hasta aquí, muchísimas gracias; espero que os haya podido resultar entretenido e interesante y os animéis a hacer una visita. Yo, que queréis que os diga, me lo pasé como una enana ☺

Y sin más me despido como siempre dando la bienvenida a los nuevos seguidores y agradeciendo de corazón todas vuestras visitas y cariñosos comentarios.

Un Abrazo y Sed Felices.


lunes, 8 de junio de 2020

Un toque de color

Hemos vivido unos meses muy oscuros. Meses de tristeza, muerte y soledad; meses de incertidumbre y confinamiento. No existen recetas estándar para sobrellevar tales momentos sin perder la cabeza, pero, sin duda, una de las mejores es mantenerse ocupado. De modo que, echando un vistazo a pinturas y pinceles que llevaban un tiempo durmiendo el sueño de los justos en el sótano, y a unos muebles de jardín que llevaban más de un año en espera de una segunda oportunidad, decidí ponerme manos (y cabeza) a la obra y renovarlos por completo.  Lo cierto es que había olvidado cuánto me gustan estas cosas.



Partíamos de aquí: un conjunto de madera de Ikea que, sin duda, a muchos de vosotros os resultará familiar. 


Estos muebles son muy lucidos en su estado natural, pero tienen el inconveniente de que cada año se deben lijar, barnizar...y muchas veces no disponemos de tiempo ni ánimo suficientes. Además, lo que yo necesitaba en estos momentos era alegría y color, de modo que visualicé el diseño en mi cabeza: el grueso de la mesa y las sillas en blanco antiguo, y cada una de las tablillas en un tono dentro de una misma línea pastel. Lo que se dice, al más puro estilo "shabby-chic".

Lo primero que hacemos es limpiar bien la madera con cualquier desengrasante para eliminar polvo, pues los muebles han estado a la intemperie. Comenzamos con la mesa, que es la que, en principio, más trabajo nos va a dar. Vamos a pintar las patas y laterales del tablero con pintura "Chalki Finish": blanco antiguo. Aplicamos una primera mano, lijamos suavemente y aplicamos una segunda mano, que cubra bien. Dejamos secar y procedemos a lijar de nuevo para conseguir ese tacto algodonoso tan agradable de las pinturas a la tiza. Sin embargo, en este segundo lijado además vamos a ir haciendo un ligero decapado por toda la superficie, lo que contribuirá al efecto "shabby" que estamos buscando.

Bien, ahora hay que pintar el tablero y como hemos dicho cada tablilla en un tono: "Chalki Finish": rosa antiguo, verde laurel, azul cielo y de nuevo blanco antiguo. Lógicamente iremos cubriendo con cinta de enmascarar todas las zonas que ya hemos pintado de blanco y el resto de las tablillas, a medida que vayamos avanzando. Una vez que las hemos pintado todas, lijamos y decapamos



Tras repetir todo el proceso en la parte superior del tablero debemos rematar el trabajo. Hay que tener en cuenta que los muebles van a estar situados en el exterior, por lo que me decanté por el barniz Soft-Touch de "Americana Decor" que me ha dado muy buenos resultados en ese aspecto. Apliqué tres manos, dejando secar bien entre cada una de ellas. Ya tenía mi mesa terminada.



Bien, ahora vamos a comenzar con las sillas. Repetimos el mismo proceso: estructura en blanco, asientos y respaldo en diferentes tonos. 


Lijamos y decapamos, y procedemos a aplicar tres capas de barniz. Nuestra silla está terminada. Vamos a por la otra.


Bueno, pues una vez que hemos terminado el trabajo duro sólo nos queda colocar nuestros muebles en el jardín. Para adornarlos, unos farolitos que casualmente, tienen los mismos tonos pastel. 




Espero que os guste el resultado tanto como a mí. El trabajo ha merecido la pena porque el conjunto es digno de aparecer en "Country living"



Y esto es todo lo que quería compartir hoy con vosotros. Espero que, poco a poco, todos podamos ir añadiendo un poco de color a nuestras vidas, pues no nos queda más que seguir caminando cada día, guardando siempre el lugar más especial de nuestro corazón para todos aquellos que nos han dejado. 

Muchas gracias a todos por vuestras visitas y por dedicar un poquito de vuestro tiempo a dejarme algún comentario. Son el motor de este pequeño rincón. Os deseo a todos una muy  buena semana.

Un A brazo y Sed Felices.


lunes, 18 de mayo de 2020

Casa de muñecas

Hoy vamos a parafrasear a Ibsen y nos vamos a adentrar en mi particular "casa de muñecas", pues después de bastante y variado trabajo puedo decir, por fín, que está terminada.


Recordaréis que os he ido mostrando, poco a poco, cómo iba avanzando. Partíamos de una habitación en la zona baja de la casa, de modo que lo primero fue acondicionar las paredes. Para ello he utilizado pinturas de la colección "Colores del Mundo", concretamente de la serie "Kenia", y en base a las tonalidades de los muebles que pensaba colocar he pintado dos de los muros con su color "marrón intermedio" y los otros dos con el "marrón suave". De esta manera, además de conseguir resaltar los propios muebles, aportamos calidez y amplitud a la habitación.

Como digo, se trata de una habitación en la planta baja y en ella hay una tubería que resultaba de lo más antiestético. Había que conseguir integrarla en el estilo "vintage" de la estancia que tenía en mi cabeza, de modo que lo que hice fue pintarla con pintura tiza en tono blanco antiguo, y aplicar un estarcido en color chocolate. Todos los pasos los podéis ver AQUÍ.

Aquí podéis ver el resultado final, quedando perfectamente integrada.

Bien, vamos al siguiente paso: recuperar y tunear algunos muebles. Al tratarse de una habitación en la planta sótano, su temperatura en verano es la más agradable de toda la casa, por lo que además de como "casa de muñecas" es ideal para leer, coser, etc. Por lo tanto, decidí traer aquí un juego de muebles de terraza que por su diseño encajaban perfectamente con la decoración. Como eran de mimbre y estaban un tanto deteriorados de haber estado en exterior, lo que hice fue pintarlos con pintura acrílica en tono blanco roto.

Además de comprar dos vitrinas y recuperar un par de estanterías en madera de pino a base de aplicar cera coloreada de "Americana Decor", decidí tunear un mueble que por su tamaño me era muy útil para guardar lienzos, papeles, y demás materiales de mis manualidades. Se trataba de un mueble lacado blanco que procedí a pintar con "Chalk paint" en tonos chocolate y vainilla aplicando también un estarcido, y a cambiar los tiradores por unos de estilo antiguo. Todos los pasos los podéis ver con detalle en este post.


Sobre él van colocadas mis muñecas de porcelana, las tres venecianas y la de "Ramón Inglés", regalo de un amigo, y que ya os fui presentando en diferentes post. En la pared, mi póster de la producción española de "El Fantasma de la Ópera"  firmado por el protagonista, que llevé a enmarcar con un diseño acorde con el resto de la decoración. Y junto a él, la casita para mi pequeña colección de dedales cuyo tuneo podéis ver AQUÍ.


A continuación había que dedicarle un tiempo a los compementos: cortinas, cojines, una faldilla para la mesita camilla, una tulipa para una lámpara que conservo desde mi infancia... Compramos una tela floral auténticamente "shabby" y unos flecos en blanco roto para rematar cortina y faldilla. Todos los detalles los podéis encontrar este post.

Junto a la mesa camilla decidí colocar un mueble tipo escalera, anclado en la pared, y en el que poner mi máquina de escribir que no puede ser más "vintage" (regalo de mi Primera Comunión), y a los lados un par de cuadros que realicé en el colegio y que recuperé según podéis seguir AQUÍ.



Bien, llegados a este punto vamos a colocar la lámpara, que compré con un diseño muy "Fantasma de la Ópera", en tono blanco roto con un patinado en oro, y cuyas bombillas semejan velas. Lo cierto es que fue amor a primera vista ☺


Bueno, pues todo el trabajo ya estaba hecho y no quedaba más que empezar a colocar las muñecas. Decidí dedicar las vitrinas a mis Nancys y su mobiliario, aunque en el estante inferior he colocado también algunos de mis Famositos. Vamos a ir viéndolos:


Aquí tenemos dos de las nuevas "Nancy" reedición, junto con una "Nancy Flexy" de los años 80. En cuanto al mobiliario, tenemos el dormitorio completo de reedición, el juego de maletas, y el armario original de los 70 que conservo desde mi infancia:


Los tres uniformes de azafata que ha fabricado Famosa para Nancy, el modelo Sky de los setenta, modelos de Novia y Comunión de reedición, Nancy Boutique, y dos "Nancy New" (sendos regalos) a las que he dado un aire hippie con los modelos originales de los años setenta.



Comparten estantes con ellas: "Operetta, la hija de El Fantasma de la Ópera" (la única de mis muñecas Monster High, por razones obvias ☺) y mi "Barbie Superstar" de 1977 que conservo de mi infancia y a la que dediacré un post especial por ser una pieza única y descatalogada. Junto a ellas: mis "Nenuco" y "May de la Pradera", todos ellos de los años ochenta.


En la segunda vitrina tenemos a una de las joyas de la colección, mi "Nancy Geisha" de 1975 y varias reediciones, todas ellas ataviadas con modelos originales de los setenta.



Y unos cuantos Famositos más: dos parejas de "Chiquitines" (blanquitos y orientales), "May" y "Currín" negritos de los años 70, "Mimí Mimoso" y "Godina".


Frente a las vitrinas he colocado las estanterías de pino, y en ellas junto con el resto de mi colección se encuentran numerosos peluches que he ido recopilando a lo largo de estos años, muchos de ellos traídos de Disneyland París.


Aquí tenemos a las muñecas de colección "Amigas de época" de Paola Reina (las que huelen a vainilla ☺):


Mi colección de "Barriguitas de Famosa" (bebés, Barriguitas del mundo, del bosque, de los cuentos, ediciones especiales...):


Y por último algunas joyas como la "Mariquita Pérez" de los años 70, dos "Lesly" (la hermanita de Nancy), dos "Mari Loli" (una morena y una rubia, como en la zarzuela) y una "Pitusa". Y para completar el conjunto, dos carteles antiguos de publicidad que conseguí en el "Mercadillo del gato" y me encantaron por ese toque nostálgico:



Bueno, pues esto es todo cuanto quería compartir hoy con vosotros. Como veréis, hemos combinado en un mismo post decoración, restauración, coleccionismo... y sobre todo mucha nostalgia. Espero que os haya gustado.

Me despido como siempre dando la bienvenida a los nuevos seguidores y agradeciendo todas vuestras visitas y comentarios. Os deseo a todos una fantástica semana.

Un Abrazo y Sed Felices.